martes, 27 de octubre de 2009

Carta abierta a Piedad

Piedad, fue retirada a su madre biológica a los siete meses de nacer y estuvo, sucesivamente, en dos centros de menores hasta los tres años.

En Octubre de 2005, fue dada en acogimiento preadoptivo en La Orotava (Tenerife), residiendo con su nueva familia casi tres años, hasta que, por orden judicial, tras una demanda de la madre biológica, el 10 de mayo de 2007, la separaron de esta familia ingresándola nuevamente en un centro de menores del Cabildo de Tenerife.

Más tarde devolvieron la niña a la madre biológica, con la que permaneció alrededor de un año. A finales de Octubre de 2008, y tras la petición de su madre biológica para que protección de menores se hiciera cargo nuevamente de ella, volvió a un centro, el cuarto en su corta existencia.

En Marzo de 2009 se dictó sobre Piedad un desamparo provisional que al parecer ha derivado a firme en Mayo, cerrándose definitivamente su regreso a la familia biológica.

Al parecer, se está estudiando la posibilidad de un nuevo acogimiento preadoptivo.

Piedad ha pasado casi toda su vida en centros de menores. Lleva más de diez meses en el último de ellos.



Querida Piedad:

Ya sé que este no es siquiera tu nombre de verdad. Te lo pusieron para protegerte, porque eres menor.

Pero eres una niña de carne y hueso. Existes, y ya has cumplido 8 años.

Rota y maltratada por las decisiones de las instituciones que debían velar por ti.

Ha llovido mucho desde aquel 10 de Mayo de 2007, en que se te llevaron de la Orotava para devolverte a tu madre biológica.

He leído que presentas trastornos físicos y de carácter. He leído que tu madre de acogida, que se llama Soledad, no te ha podido olvidar y sigue pidiendo una información que se le niega sistemáticamente. Y el Defensor del Pueblo también pregunta por ti.

“Tu caso” ha tenido mucha repercusión social, e incluso institucional. Recogida de firmas, mociones municipales…ahora todos quieren trabajar para solucionar tu vida.

Hay otro niño, que se llama Diego, y que tiene una historia parecida a la tuya. Le llaman el niño de El Royo.

Tu historia y la de Diego tienen en común la evidencia de un tremendo fracaso de la justicia y de los servicios de protección del menor.

Dicen que la justicia no regula afectos, sino derechos entre las personas.

No creo que haya habido maldad o crueldad en todo esto. En cambio, sí creo que hay una gran ignorancia, mal uso de eso que suena tan bien: “el interés superior del menor”.

Porque se ha usado con prepotencia, como un escudo que golpea a todos, y fundamentalmente a ti, que acabas de cumplir 8 años.

¿Y ahora qué?

¿Pasamos página? ¿Empezamos a escribir en una hoja en blanco, como si todo lo vivido en tus ocho años no tuviera valor?

También he leído que fuiste feliz en La Orotava. Espero que guardes buenos recuerdos y que puedas recurrir a ellos cuando estés triste, cansada.

No sé cómo pasas el tiempo, qué música te gustará, tu asignatura preferida, si guardas algo que tenga mucho valor para ti. No sé qué te gustaría ser de mayor. No sé casi nada de ti, ni siquiera tu nombre de verdad.

Si fueras mi hija, que aún está en camino, te diría:

“Adelante, lucha por cada rayo de sol, por cada instante de felicidad. No estamos todos locos. No cierres la puerta todavía. Ocho años son pocos, tendrás que vivir muchos más, y en ellos habrá momentos de una felicidad que no puedes ni imaginar."

Yo tampoco me olvidaré de ti. Te envío todo mi amor, todo mi cariño.

La naturaleza tiende a sanar y enderezar todo aquello que los seres humanos maltratamos y destrozamos con nuestra estupidez.

Los árboles, aunque se les mutile, siempre tienen tendencia a crecer y desarrollarse como lo que son, grandes y majestuosos.

Esa esperanza y ese deseo tengo hoy para ti, Piedad que no te llamas Piedad, niña preciosa que espera que decidan su futuro con cuidado y sin más sufrimiento.

3 comentarios:

  1. ¡¡¡Qué bonito Yan!!!, me has emocionado porque este tema que has tocado es mi debilidad y me enciendo cada vez que oigo la famosa frase "el interés superior del menor" porque será muy bonita, pero lamentablemente ¡¡¡Qué mentira más grande!!!
    Yo también tengo en mi corazón a estos dos niños, y a los dos pequeñitos de dos meses y medio que en estos días ingresaron en un Hospital de Málaga por malos tratos. Lo primero que pensé fue "pobres criaturas, la de tumbos que tendrán que dar"
    ¿Porqué tienen que ser las cosas así? Yo no lo puedo comprender porque para mí está muy claro, Como dice Roberto Pili, no se puede contentar a todos, pero entre los derechos de un niño y un adulto, para mí están antes los del niño.
    Realmente preciosa la carta.
    Muchos besos,
    Lola

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  2. Cuanta razón tienes Yán en tus palabras,que injusta es esta sociedad, y lo realmente injusto es que para que las leyes cambien estás, tengan primero que fracasar, pero lo más importante es que este fracaso siempre repercute en alguien y cuando se trata de un menor es aún más cruel. Como bién dices en tu carta el arbol nace para ser frondoso y magestuoso, pero no olvidemos que cuando herimos un árbol cuando es pequeño en sus surcos de la vida,en el interior de su tronco queda marcada esa huella para siempre.
    Un beso muy fuerte.
    Mary-Carmen.

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  3. ESte tema me duele en el alma...por dos motivos: el primero porque tengo abierto un expediente de adopción nacional y se lo que arriesgo por mi niño o mi niña, y segundo porque trabajo en un colegio que tiene un alto riesgo social, del cual ya han intervenido los servicios sociales en variadas ocasiones y muchos padres biológicos están en seguimientos varios...

    Me duele en el alma, porque discuto mucho con los servicios sociales sobre la frasecita de "el bien del menor..." que al final es el último porque entre oportunidades a los padres, acogimientos, instituciones y burocracias varias, se les va a estos niños, la oportunidad de una vida feliz y en una familia.

    Porque ellos no piden venir al mundo, la sociedad debe garantizar sus derechos cuando falla el primer pilar de su vida que es su familia biológica...

    En fin, tengo a Piedad y a Deigo en la cabeza día si y día no...para que nunca se vuelvan a repetir situaciones de este tipo...

    Querida piedad, allí donde estés, ojalá las palabras de Yan te llenen el alma...y querida Soledad...ojalá que en un rincón de tu alma, encuentres la paz y el consuelo que la impotencia y la inmensa pena de perder a una hija, se lo apoderaron...

    Un besazo Yan, es una carta conmovedora y preciosa...

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