
El 10 de Noviembre, alguien a quien tengo mucho afecto y que brilla con luz propia, dijo que estaban asignados los días que quedaban para finalizar Marzo de 2006.
La hicieron callar.
Después de esto, se han desatado todo tipo de rumores, algunos catastrofistas.
Nuestra ECAI publica que lo más probable es que no haya asignaciones en este mes de Noviembre que ya se nos va.
Hay quien dice que este retraso es por el cambio de Director del CCAA (de Mr. Lu hemos pasado a Mr. Zhang).
He leído incluso que este retraso es porque el CCAA tiene que poner al día sus asuntos fiscales. (¿…?)
No sabemos lo que está pasando. No sabemos lo que va a pasar.
Siempre he respetado el mutismo del CCAA. Siempre he considerado la discreción como una virtud.
Pero, ahora, pienso que esa discreción está favoreciendo un caldo de cultivo insano y destructor, como ácido que nos gasta y nos corroe a todos.
Busco protección. Intento no entrar en los foros, no leer las barbaridades que se comentan. No lo consigo, me lo leo todo, me lo trago todo y luego…ya no veo bien lo que escriben porque se me ponen los ojos llorosos.
Es la semilla de la desesperanza, de la desilusión, que unos cuantos se apresuran a sembrar en los que estamos cansados, porque aquí echa raíces, crea el desconcierto y provoca un sabor amargo y un dolor terrible.
Somos solicitantes, y no tenemos porqué pedir cuentas a quien no nos ha prometido nada. Quizá, sí deberíamos pedir cuentas a nuestras propias administraciones, por las enormes dificultades que se plantean en algunas comunidades a la hora de renovar una idoneidad que siempre está pendiente de nuestras cabezas, como una espada de Damocles. Por el rechazo de asignaciones. ¿Cómo puede una familia asimilar que, después de años de espera, te digan que la criatura que te han asignado no es la idónea porque corresponde a un tramo de edad distinto al que pone en el papel? ¿Es que no tienen sangre en las venas?
Cada uno buscamos pasar este trago como podemos. Yo incluso he empezado a hacer un poco de deporte (nunca me ha gustado). Y a cocinar una enorme cazuela de Ragut que M. y yo nunca podemos terminar de comer y que guardo después durante días en una tartera en la nevera. Me he cambiado el color del pelo con un tinte casero y se me ha quedado verdoso. Y ayer me dio por limpiar el cuarto de baño y hoy tengo unas agujetas de campeonato. Cosas para pasar el rato. Para entretener a los pensamientos negros. Cosas inútiles, que se disfrazan de necesarias cuando sabes que no depende de ti, que no hay nada que hacer más que seguir esperando.
Tengo miedo. Sigo volando, porque desde niña me enseñaron a luchar, y eso quedó grabado a fuego, junto con alguna cosa más. Pero tengo miedo.
Perdóname Lee. Porque últimamente pienso, muchas veces, que no te llegaré a conocer.
Perdóname si en algún momento tardo mas de la cuenta en arrancar de mí esas malas yerbas que me atrapan y me enredan y no me dejan soñar.
Perdóname si a veces imagino el futuro y no cuento contigo porque me hace daño.
Perdóname, porque lleno la que será tu habitación de trastos, que no tienen nada que ver contigo, y dejo que se llenen de polvo.
Hoy sólo puedo pedirte perdón. Mañana, quizá invente un cuento feliz para ti, lleno de flores y hadas y reyes magos y golondrinas que nunca se cansan de volar.
Y le pediremos a la luna llena, con nuestras manos alrededor de la misma vela roja de siempre, que te traiga pronto.
Pero hoy…la luna es sólo una rodaja de melón, y yo voy a ver si me sueno los mocos, cojo la escalera y termino de limpiar el baño.