sábado, 7 de marzo de 2009

Miranda

Esta mañana, cuando todavía estaba dormida, ha venido a verme Miranda.

Ha entrado en la habitación echándome una mirada especial de las suyas.
“¡Miranda!...pero.....¿ tú que haces aquí?”

Hacía unos cuantos años que no la veía. Por lo menos nueve, desde que se las llevaron (a ella y a su madre Gloria) a vivir a otra parte.

Se ha ido hacia la ventana. En la ventana había una maceta con tierra, pero sin planta. Al acercarme he visto que dentro, sobre la tierra, había una piedrecilla blanca, muy reluciente.


Ni corta ni perezosa ha puesto las patas sobre el alféizar, y con mucha delicadeza ha metido el hocico en la maceta y ha cogido la piedra mientras me miraba de reojo, sabiendo que estaba haciendo una travesura de las suyas..

La he acariciado la tripa y la cabeza. Estaba muy suave. (“¡qué preciosa eres!”)

Y entonces he comprendido que era una despedida.

Luego me ha dado la tos (tengo que dejar de fumar) y ya me he levantado.

Gracias por venir a despedirte de mí, perrilla tierna. Te llevo siempre en mi corazón (y por lo visto en mis sueños también....)

No hay comentarios:

Publicar un comentario