viernes, 10 de abril de 2009

La Osa Mayor es mía.

Sé que no es muy original, pero desde pequeña me ha gustado mirar las estrellas.

No entiendo mucho de astronomía, aunque he leído bastantes cosas sobre las estrellas, los planetas, las constelaciones.... algunas interesantes, y otras fuera del alcance de mi comprensión. (..es que yo siempre fui "de letras”...)

Mi padre me enseñó a reconocer la Osa Mayor cuando era pequeñita y nos íbamos todos de veraneo a la playa.

Este es precisamente el recuerdo más feliz de mi infancia. Mi padre sabia muchas cosas sobre las estrellas y el espacio. Sabía cogerme de la mano y hacer que me sintiera segura. Sabía muchísimas cosas, y me las daba en el momento oportuno.



Algunas veces, por la noche, cuando me quedo mirando el cielo durante un buen rato y me fijo en todas esas lucecitas, siento como un vértigo y una enorme fuerza succionadora, y parece que me voy hacia arriba, volando, volando, que nada va a ser capaz de sujetarmeeeeeeeee, como una lechuza en la oscuridaaaaaaaaad.... hasta que bajo la vista un poco mareada, me sacudo las plumas y me vuelvo a sentir humana. Uff.

A M. y a mí, nos gusta mucho sentarnos por la noche en los escalones de la terraza. Se ve el cielo lleno de estrellas, y por debajo todas las lucecitas de la urbanización, y las del pueblo a lo lejos. Siempre decimos: “...mira, hay estrellas en el cielo y en el suelo...”

Bueno, lo siento, estoy empezando a divagar. Desde que supe distinguir la Osa Mayor, siempre que miro al cielo por la noche, la busco.

Cuando salía con mi perro a dar el último paseo del día, siempre la veíamos los dos. Bueno, la verdad es que mientras yo la buscaba, el se dedicaba a hacer sus cosas y escarbar por entre las piedras de jardín. Nunca supe si me prestaba suficiente atención, pero por si acaso yo le contaba esto:

La Osa Mayor está formada por muchas estrellas, entre las que se distinguen 7 que son las que vemos y le dan también el nombre de “el carro”.

Sus nombres son:

Alkaid, a veces también llamada Benetnasch. Ambos nombres derivan de Ka’id Banat al Na’ash, que significa algo así como “el gobernador de las hijas del difunto” (no tengo ni idea del porqué del nombrecito)

Mizar, “faja” o “fajín” y Alcor. (en realidad son dos estrellas juntas, Alcor es difícil de distinguir, y está un poco más al este)

Alioth, que también se conoce como Aliot, Alhaiath y Aliath. El origen no está muy claro, podría ser Alyat, que se usa para la “cola plana” de un animal, o bien Al Haur o Al Hawar, “el blanco del ojo” o el “ojo brillante”. Esto le va bien porque es la más brillante de todas.

Megrez, “la base de la cola”. (Ja Ja!... se supone que de la osa...)

Phecda, Phekha o Pegad, del árabe “el muslo”.

Merak o Mirak, del árabe “la cadera”.

Dubhe, Dubh o Dubb, del árabe antiguo: “La espalda del gran oso”.

Esta constelación se llama circumpolar, porque es visible durante todo el año en el hemisferio Norte. Nunca se oculta tras el horizonte.

Un truco muy “viejo” que a lo mejor ya sabéis:
para encontrar la estrella Polar (la que sirve de guía a los navegantes y marca el punto cardinal Norte) hay que multiplicar por 5 la distancia entre Merak y Dubne y seguir la dirección que marca la inclinación de ese lado del carro.



La distancia entre Dubhe y la estrella Polar es aproximadamente la misma que entre Merak y Alkaid.

Cuando estoy triste, y echo de menos a mi padre, a mi perro y a mi golondrina tardona, la vieja osa me acuna en sus brazos y me consuela y seca mis lágrimas. Ella sabe muchas cosas de mí. Yo algunas de ella. He decidido que es mía, es mi osa y nadie me la puede quitar.

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