
Nos acompañan cada día y cada noche. Nos dan su amor gatuno. A veces nos castigan con su indiferencia cuando algo no les gusta.
Esto es porque los gatos tienen su opinión: nos ven ir y venir, subir o bajar, reir o llorar. Nos observan, sacan sus conclusiones y actuan en consecuencia.
Esto no me lo invento yo. Está comprobado por la ciencia experimental.

El caso es que nos dejan vivir en su casa y nos dan ejemplo de cómo se puede ser feliz con un rayo de sol que entra por la ventana y cae sobre la cama.
Ellas saben lo importante que es "SABER RECIBIR".
La convivencia humano-gatuna queda perfectamente reflejada en estos videos:
Este blog tiene un aspecto magnífico. ¡Ánimo!
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