viernes, 15 de mayo de 2009

Metamorfosis

Hoy es mi cumpleaños.

Nací en Madrid, un 15 de Mayo a las 11 de la mañana. Cumplo 45.

No pensaba ponerlo aquí, pero después de dudar un rato (corto) he decidido que sí, que decir que es mi cumple no es tan vanidoso como me había parecido en un principio, así que he decidido empezar a escribir esta tontería. (Debe ser que estoy de buen humor)

La verdad es que no me importa mucho, no me pesan casi nada los 45. Supongo que estoy contenta de cumplirlos.

Mi padre me dijo alguna vez que cuando nací tenía los ojos achinados y pequeños, y la boca muy grande: “…y menuda bocaza tenías, pero, eso sí, siempre estabas sonriendo…”

Me miro en las fotos antiguas y veo que es verdad, tenía los ojos rasgados y la boca grande.

Con el discurrir de estos últimos 45 años, mi fisonomía ha cambiado bastante: tengo los ojos cada vez mas grandes y la boca cada vez mas pequeña.

Los ojos se me han agrandado de pura curiosidad. Y de las cosas asombrosas que he visto. Algunas emocionantes. Otras me han hecho sufrir.

Y la boca….¿dónde está mi enorme boca?

Este es el extraño caso de la mujer con la boca menguante.

En los últimos tiempos ha sucedido lo increíble, mi boca cada vez se hace más pequeña y pasa más tiempo cerrada. ¿Será quizá que estoy aprendiendo a ser prudente? ¿será que ya sé cerrar el pico cuando conviene?

Bueno, de vez en cuando tengo alguna recaída, M. lo sabe bien. Entonces, durante unas décimas de segundo, mi boca tiembla, las comisuras se expanden hacia ambos lados, los labios se tensan y…..suelto la barbaridad más grande que se le puede pasar a nadie por la cabeza. Y me arrepiento de todo corazón. Yo soy de las que pienso que el silencio es una virtud.

Cuando hablas sin parar sólo te oyes a ti mismo. Te pierdes todo lo que suena alrededor. Y hay muchas cosas que merece la pena escuchar.

A consecuencia de esto último, (lo de la boca) creo que se me han agrandado las orejas. Yo las tenía pequeñas y pegadas a la cabeza. Ahora cada vez crecen más, en un intento desesperado de no perderse ni el más mínimo detalle.

Estas extrañas mutaciones no han sucedido de golpe. El proceso ha sido gradual, con épocas de gran crecimiento-decrecimiento y otras de estancamiento profundo.

En fin, otro día profundizaré más en esto. Estoy conforme. Peor fue lo de Kafka, que se convirtió en algo parecido a una cucaracha.

A veces para seguir avanzando hay que retroceder. Esto puede ser la teoría de Darwin a la inversa…

Mientras tanto: ¡feliz cumpleaños Yàn Lee!

6 comentarios:

  1. Muchas felicidades por esos 45 años...jajaja me he divertido mucho con tu entrada,-te explico-,
    yo el 14 de marzo cumplí 46, y en tu entrada me he visto totalmente reflejada, yo igual que tú pienso que el silencio es una virtud, la cual no poseo, pero con el tiempo he aprendido que muchas veces no es bueno soltar lo primero que se nos viene a la cabeza...aunque te quedes en la gloria...y mi boca al igual que la tuya se ha ido haciendo más pequeña, cosa de la madurez (pienso), y te das cuenta que a veces contar hasta veinte como me decia mi madre, es algo bueno.
    Pero no te preocupes en los años restantes que nos quedan por cumplir iremos subsanando estos pequeños problemillas de boca, ojos y orejas...¿no te parece?
    Un beso muy fuerte y ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!

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  2. ¡Muchas felicidades!!
    Besitos!!
    Mar

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  3. Tarde pero llego, felicidades bonita, ojalá que pasaras ayer un día especial, con la magia que sabes ponerle a las cosas.
    Te leía y me iba viendo reflejada en algunas cosas, también mi boca va desapareciendo, a veces creo que hasta me la cosí...
    Pero el silencio es virtud, y saber cuando hablar o callar es un arte, y algunas lo aprendemos poco a poco con la edad.
    Y lo importante es que lo aprendemos, y así nuestro paso por la vida es más silencioso pero más completo, como muy bien dices, escuchamos y conocemos más.
    Un beso bien grande.

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  4. Muy buenos días querida:

    Aunque ya te he felicitado personalmente, y teniendo en cuenta que no me había pasado por tu blog desde hace unos días, aprovecho para reiterar la felicitación.

    Como sabes, dentro de poco yo también cumpliré años (alguno mas que tu), y después de leer tu reflexión me he dado cuenta de que, en mi caso, la mutación sigue un camino inverso.

    Me explico. Yo nací con los ojos muy grandes, las orejas ( ¿oídos?) muy desarrollados y la boca muy pequeña y casi siempre cerrada.

    Cualquier cosa fuera de lo común (mi común, claro esta) que pasaba por delante de mis ojos, me producía una sensación de asombro proporcional a lo fuera de lo común que estaba esa cosa.

    Lo mismo ocurría cuando alguien decía una cosa con la suficiente convicción. Yo me quedaba asombrado de la “sabiduría” del hablante.

    Esto nos lleva a lo de la boca cerrada. Viendo tantas cosas “maravillosas” y a gente que hablaba con tanto “acierto”, ¿Qué podía aportar yo, pobre de mi, a todo el tinglado?.

    Desde hace unos años, como ya digo, mi metamorfosis sigue un camino inverso (a medias). Sigo maravillándome de muchas cosas que veo, incluso de nimiedades como dos hormigas andando una detrás de otra, pero lo de los oídos abiertos y la boca cerrada si que ha sufrido un cambio.

    Cada vez estoy mas de acuerdo con el comentario de no se que amiguito/a de Mafalda de “esto es lo malo de llevar las orejas puestas todo el día”. Efectivamente el llevar las orejas puestas te obliga a escuchar lo que ciertas mentes ilustres e ilustradas ¿? sueltan por su boca. Podría referirme a algunos comentarios que se vierten en las reuniones de nuestro querido grupo, pero no lo voy a hacer porque no quiero ser malo (je).

    Esto nos lleva de nuevo al tercer punto: el de la boca cerrada. Cada día me cuesta mas mantener la boca cerrada. Cada vez más, se tambalean algunos de mis firmes pilares. Por ejemplo, aquel de “no defiendo tus ideas, sino tu derecho a expresarlas”. O aquel otro de “prefiero contrapensar a contradecir”.

    Refutar o no refutar, e ahí la cuestión. Que es mejor intentar convencer al personal de que lo que acaba de decir atenta, en ocasiones, contra todo lo atentable, o simplemente matarlos clavándoles algún libro en el entendimiento (si se lo podemos encontrar).

    En cualquier caso, si algún día me ves reaccionar de manera tajante y fuera del tono que en mi es habitual, dame una pequeña colleja (mental). Te lo agradeceré.

    ¡Uf!. Lo que llevo escrito. Y yo solo quería re-felicitarte por tu cumpleaños y preguntarte que tal te va con tu nueva cámara. Como dice la canción de Aute: si yo solo pasaba por aquí

    Muchas gracias por aguantar esta ¿confesión?. Me resulta mas de acuerdo con mis ideas que irme a un cura, y, por supuesto, mas barata que visitar a un psicoanalista (preferiblemente argentino).

    Un beso muy fuerte.

    El papa de Lua

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  5. papá de Lua:

    no es el proceso inverso al mío. Es igual, sólo que con resultados distintos.

    Es una especie de alquimia personal.

    Si juntamos asombro (casi estupor), con mala leche, y cierta intranquilidad por las “patas de banco” que sueltan algunas, unas veces sale la contestación brusca y mordaz, y otras un silencio inquietante (inquietante para uno mismo, claro, y producido por el shock de la barbaridad, y sobre todo de la inoportunidad de lo que acabas de oír).

    Yo lo veo así: es una cuestión de proporciones. A veces, gana el asombro por lo escuchado y ni siquiera encuentro la palabra justa en el momento preciso. Luego es demasiado tarde, y tengo la sensación de que si suelto algo quedará inoportuno y a destiempo.

    Otras veces, me empieza a hervir la sangre, y después de unos segundos de desconcierto decido callarme porque sé que si cojo carrerilla luego no me voy a poder parar y no es oportuno. No quiero daños colaterales.

    En conclusión: el 99% de las veces yo me callo. Y el 1% suelto alguna y me arrepiento después.

    Luego está la teoría “cristiana” del asunto, que te hace pensar: “pobrecilla, si al fin y al cabo no sabe lo que dice, y ¡tiene tántas otras cosas buenas!....al fin y al cabo yo también tendré mis defectos...”
    (Ja Ja! esta es de las peores, yo casi nunca me la acabo de creer del todo)

    También está la de la “ignorancia compasiva”: “para qué le voy a contestar nada, sino merece la pena, va a seguir igual o peor....que diga lo que quiera, que yo no escucho.”
    (“¡habla chucho que no te escuchoooo!”)

    (las orejas grandes, igual que las pequeñas, también tienen una válvula de abre-cierra para estos casos)

    También es una cuestión de momento personal.

    Si estás distraído o apabullado con otros problemas (y ya sabes que yo los tengo) pasas absolutamente, cierras el diafragma para que no entre demasiada luz y utilizas la válvula de las orejotas, anteriormente mencionada, para que entre lo menos posible de la banda sonora.
    Esto es lo que aplico yo últimamente. Y me va bien, porque la verdad es que casi ni recuerdo las conversaciones de las ultimas reuniones cumpleañeras. Si necesito algo, ya le digo a M. que me lo cuente luego.

    Bueno, cambiando de tema, con la cámara muy bien. Pienso que para hacer buenas fotos tienes que hacer miles. Y un día encuentras de casualidad que hay una que merece la pena, que tiene un nosequé que hace que sea bonita.

    Yo soy torpe de nacimiento. Todo lo aprendo machacando. Un dia escribiré una entrada sobre esto.

    Y lo de psicoanalista, pues va bien. El fondo negro, la musiquilla....recuerdos de la vida...no era intencionado, pero la verdad es que le va bien a esto y te sale gratis, asi que sigue escribiendome alguna vez, que me gusta.

    Un beso enorme. Ya seguiremos hablando

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  6. ¡Ah! gracias a todos por felicitarme el cumple. Os lo agradezco enorme e infinitamente.

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